lunes, 18 de noviembre de 2013
Consejos para cuidar el agua
- Cierra la llave mientras te cepillas los dientes o te afeitas.
- Riega el jardín temprano en la mañana o al anochecer para evitar la evaporación del agua.
- Vigila el estado de los grifos de tu casa y repáralos si gotean.
- Cierra la llave de la ducha mientras te enjabonas.
- Tira los papeles y desechos en el tacho de basura y no en el inodoro.
- Coloca un plato debajo de las macetas, esto ayuda a mantener la tierra húmeda por más tiempo.
- Lava tu auto usando un balde, ya que gastas mucho menos agua que cuando lo haces con la manguera
Contaminación del agua
La contaminación hídrica o contaminación del agua es una modificación generalmente, provocada por el hombre, haciéndola impropia o peligrosa para el consumo humano, la industria, la agricultura, la pesca y las actividades recreativas, así como para los animales y la vida natural.
Si bien la contaminación de las aguas puede provenir de fuentes naturales (como por ejemplo la ceniza de un volcán, la mayor parte de la contaminación actual proviene de actividades humanas. El desarrollo y la industrialización suponen un mayor uso de agua, una gran generación de residuos, muchos de los cuales van a parar al agua y el uso de medios de transporte fluvial y marítimo que en muchas ocasiones, son causa de contaminación de las aguas. Las aguas superficiales son en general más vulnerables a la contaminación de origen antropogénico que las aguas subterráneas, por su exposición directa a la actividad humana. Por otra parte una fuente superficial puede restaurarse más rápidamente que una fuente subterránea a través de ciclos de escorrentía estacionales. Los efectos sobre la calidad serán distintos para lagos y embalses que para ríos, y diferentes para acuíferos de roca o arena y grava.
Disponibilidad del recurso
El agua dulce es un recurso finito, vital para el ser humano y esencial para el desarrollo social y económico. Sin embargo, a pesar de su importancia evidente para la vida del hombre, recién en las últimas décadas se empezó a tomar conciencia pública de su escasez y el riesgo cierto de una disminución global de las fuentes de agua dulce.
La superficie de agua sobre el planeta supera abundantemente a la continental y más del 70% corresponde a mares y océanos, pero esta abundancia es relativa. El 97,5% del total existente en el planeta es agua salada, mientras que solo el 2,5% restante es agua dulce.
Del porcentaje total de agua dulce casi el 79% se encuentra en forma de hielo permanente en los hielos polares y glaciares, por lo tanto no está disponible para su uso. Del agua dulce en estado líquido, el 20% se encuentra en acuíferos de difícil acceso por el nivel de profundidad en el que se hallan (algunos casos superan los 2.000 metros bajo el nivel del mar). Sólo el 1% restante es agua dulce superficial de fácil acceso. Esto representa el 0,025% del agua del planeta.
La escasez del agua
La escasez de
agua afecta ya a todos los continentes. Cerca de 1.200 millones de
personas,casi una quinta parte de la población mundial, vive en áreas de
escasez física de agua, mientras que 500 millones se aproximan a esta
situación. Otros 1.600 millones, alrededor de un cuarto de la población
mundial, se enfrentan a situaciones de escasez económica de agua, donde los
países carecen de la infraestructura necesaria para transportar el agua desde
ríos y acuíferos.
La escasez de agua constituye uno de los principales desafíos del
siglo XXI al que se están enfrentando ya numerosas sociedades de todo el mundo.
A lo largo del último siglo, el uso y consumo de agua creció a un ritmo dos
veces superior al de la tasa de crecimiento de la población y, aunque no se puede
hablar de escasez hídrica a nivel global, va en aumento el número de regiones
con niveles crónicos de carencia de agua.
La escasez de agua es un fenómeno no solo natural sino también
causado por la acción del ser humano. Hay suficiente agua potable en el planeta
para abastecer a los 7.000 millones de personas que lo habitamos, pero ésta
está distribuida de forma irregular, se desperdicia, está contaminada y se
gestiona de forma insostenible.
El agua
El agua (del latín aqua) es una sustancia cuya molécula está
formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxigeno (H2O). Es esencial para la supervivencia de todas las
formas conocidas de vida. El término agua
generalmente se refiere a la sustancia en su estado liquido, aunque la misma puede hallarse en su forma solida llamada hielo, y en su forma gaseosa denominada vapor. El agua cubre el 71% de la superficie de la corteza terrestre. Se
localiza principalmente en los océanos donde
se concentra el 96,5% del agua total, los glaciares y casquetes polares poseen el 1,74%, los depósitos
subterráneos (acuíferos), los permafrost y los glaciares continentales suponen el 1,72% y el
restante 0,04% se reparte en orden decreciente entre lagos, humedad del suelo, atmósfera, embalses, ríos y seres vivos.
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